sábado, 7 de febrero de 2009

De Vuelta al Pago

En Cosquin 2009 con Antonio Tarrago Ros


Compartimos una tarde de maravillosa tarde con un autentico triunfador añatuyense. un genio en la ejecución del bandoneón. Lidio Reyes después de andar por los caminos del mundo, acompañando a grandes figuras de la música ha decidido regresar al pago donde nació. Con la humildad de los grandes se entrego a la entrevista y nos hizo compartir mucho de su experiencia y su historia con la música, de su infancia y su familia. Aquí un resumen.

-Comentenos, como es la vida de andar por diferentes escenario, y su música?

Y desde los 7 años ya era músico. Mi padre era músico, enseñaba bandoneon, Rául Reyes, que ya falleció. Y bueno todavía existen dos personas como son churo Vargas y chano Ledesma que fueron alumnos de mi padre. Y desde los 7 años comienzo en Bs. As. Porque allá termine mis estudio, porque en Añatuya hice primero inferior y segundo superior. En la escuela de la costa, que así se llamaba en aquel tiempo; en la casa de Homero Manzi.

Cuando me fui de aquí ya tocaba el bandoneon. Toqué en Añatuya a los 6 años, me acuerdo fue en un baile popular que se llamaba "el kakuy". Y así, donde tocaba mi padre lo hacía yo. Crecí con el bandoneon entre las piernas.

-En esa época las radios eran un furor, no? Imaginamos el roce con otros músicos.

Si, bueno yo era jugador de futbol, jugaba muy bien, pero fui creciendo y tuve que elegir y me decidí por la música. Entonces me encerraba diez o doce horas para poder ser un buen músico , y así me llevó el destino.

Fui el último bandoneonista que tocara con el maestro Ernesto Montiel, del Cuarteto Santa Ana. Las hermanas Vera, los Hnos. Sena, Coqui Marola y tantos otros. Pude grabar con Emilio Chamorro cuando tenía 15 años. Acompañé a los cantores de chamamé de la época como Roberto Galarza, Emeterio Fernandez, Julio Luján, Gregorio Molina, Juancito el Peregrino, Atilio Puchot, Julio Elias Musumessi. Desde muy chico, a los 12 o 13 años ya era un músico profesional.

También con Palito Castillo integrando una embajada, un gran autor chamamecero autor de varios temas; y así fui creciendo hasta llega a acompañar a esos maestros de la música, conocerlos, a estar con ellos; ser amigo de don Isaac Abitbol, de don Tránsito Cocomarola. Con el papá de Antonio Tarragorros; estuve con él en Cosquin. Y con Gregorio de la Vega, un cantor de 30 años de cantar con don Antonio, yo a él lo veía cantar con don Tarragorros.

-Hablamos de lo que ocurrió con la música chamamecera y la mala ejecución de esta.

Por ejemplo en los 80 hubo una innovación en el chamamé tradicional, que lo llaman chamamé tropical. Y no tiene nada que ver, o es chamamé o es música tropical. También me volqué a otro género del folclore, que es chamamé y también es tango. Y tuve la suerte que me fue bien.

- Contanos a quien más acompañaste, a los más populares.

Acompañé a Ramona Galarza, a Suna Rocha, Maria Ofelia, en fin a tantas otras figuras. Y en el año 86 integro el grupo de Leon Gieco, después de hacer el trabajo con Gustavo Sanaolalla "de Usuahia a la Quiaca", y estuve con él hasta el año 90; yo ya venía haciendo algunas cosas con un amigo ya desaparecido, "el Chango Nieto". Después del 90 al 93 estuve con Teresa Parodi y del 93 al 2005 con el grupo de Tamara Castro.

Y "León" es como un mito , el va a seguir quedando. Los demás son flashes que aparecen y desaparecen. Hoy León Gieco junta cinco generaciones, vayas donde vayas.

-¿Bueno, como decides volver? Como es un día de Lidio en Añatuya?

Bueno después de 53 años decidí radicarme en Añatuya. Salgo desde aquí, acompaño a quien me llama y luego vuelvo.

Nos comenta muy emocionado que el último 18 de agosto fallece un hermano, que era el que lo seguía en todas las salidas. "Me tocó un poco" dice Lidio y agrega: "bueno yo iba a ir a descansar unos quince o veinte días en la casa de unos amigos músicos y me llamó un tío que tengo acá y me ofreció que me quedara el tiempo que yo quiera; "y me gustó la paz, la tranquilidad, y aquí estoy". "Trabajo, voy y vengo, y con la idea de poner una academia de bandoneón".

Un agradecimiento grandote, enorme a Lidio Reyes, nos asombra la trayectoria. Saber que acompañó y acompaña a tantos músicos. Tenerte aquí y saber que sos una parte importante de la música argentina.

¡Hasta otro encuentro, Maestro!.

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